NACIONES UNIDAS, Nueva York –
Hace veinte años, la comunidad internacional se reunió en El Cairo
(Egipto) para analizar los cambios que se estaban produciendo en el
mundo y ver cómo afectaban a las personas más vulnerables. En su reunión
de 1994, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo
(CIPD), el mundo acordó que las cuestiones de población —incluida la
planificación voluntaria de la familia, la salud materno infantil, la
migración y la igualdad entre los géneros— no se limitan a contar
personas, sino a garantizar que cada persona cuenta.
En esta conferencia, 179 gobiernos se adhirieron al Programa de Acción
de la CIPD, que reconoce que las mujeres, sus derechos y la igualdad
constituyen prioridades del desarrollo mundial. Los gobiernos se
comprometieron a proporcionar acceso universal a la planificación
voluntaria de la familia y los derechos y servicios de salud sexual y
reproductiva; a ofrecer la igualdad entre los géneros y la igualdad de
acceso a la educación; a abordar los efectos de la urbanización y la
migración; así como a respaldar el desarrollo sostenible.
Hoy vivimos en un mundo muy distinto, ya que se ha visto transformado
por la revolución digital y los avances en la medicina y el conocimiento
humano. ¿Pero ha cambiado del modo en que deseábamos que lo hiciera?
En las siguientes líneas, el UNFPA reflexiona sobre los principales
aspectos en los que ha cambiado nuestro mundo y qué más debe hacerse. |